La fuente de La Cuerna formaba parte de un conjunto compuesto por la fuente histórica intramuros (el depósito de mármol construido sobre el manadero, del que sacaban agua y echaban el cántaro) y, al exterior (extramuros), un lago y varios lavaderos.
Su aspecto monumental quizá tenga algo que ver con su carácter religioso. Ha estado muy ligada a la Santa Casa de Misericordia de Olivenza, que tenía hasta sus propios lavaderos independientes. Fue adquiriendo un carácter tan religioso que fue bendecida y consagrada bajo la advocación de la Inmaculada Concepción en 1676.
Fue desapareciendo a partir del siglo XIX, incluida su gran escalinata de mármol, aunque se mantuvo la fuente enterrada bajo su propia bóveda.
Se accede a la fuente mediante una escalera con dos tramos y tres rellanos en mármol rosa portugués. La fachada se compone de un portal de arco y, sobre este, encontramos un muro con las armas de Portugal en piedra y remates piramidales a cada lado que hacen de fachada a la fuente.
En el rellano inferior, encontramos dos bancos en azulejería pintados a mano, uno con las armas y emblemas de España y otro con las de Portugal, en los que antiguamente se esperaba la vez para echar el cántaro al agua. En ellos, hay una serie de descripciones de diferentes épocas sobre la Cuerna en ambos idiomas y una copia exacta de un plano donde se ve la fuente y los jardines franceses en el siglo XIX. También aparecen escenas inspiradas en la vida cotidiana y tradicional en torno al agua y sus oficios desaparecidos.
En el arco, tras la cristalera instalada por seguridad y para preservar el espacio interior, podemos ver todo el aljibe histórico, su bóveda y el tanque de mármol tallado. Aunque engaña el efecto del agua, tiene tres metros de profundidad. De él sale, por un túnel, el agua que antes iba al lago, y que ahora va a la fuente de los años 70 que fue construida sobre él.